Hace pocos días que he terminado de leer el libro de Susan Blackmore "La máquina de los memes". Y desde luego lo recomiendo..., siempre que no os impresionéis fácilmente. En una entrada anterior, comenté el impacto que el cambio en los sistemas de referencia podía tener sobre nosotros, los seres humanos, y nuestra visión del mundo y el lugar que ocupamos en él. En los últimos dos capítulos del libro de la Dra. Blackmore, experimenté una terrible sensación de vértigo al asomarme al vacío. Pude sentir como si pequeños fragmentos del suelo que me mantenía a salvo en el borde del abismo se desprendieran. Y es que en esos dos últimos capítulos del libro se habla de algo que cuestiona nuestra propia existencia, de las preguntas que nos hemos formulado desde que tenemos uso de razón: se habla del "yo", del "yo" consciente.
Ahora, en frío, tras haber madurado un poco y asimilado lo que leí, puedo decir que lo que se planteaba al final me originó unas sensaciones muy similares a las que deberían de sentir los protagonistas de los relatos de Lovecraft al descubrir el horror cósmico que les acechaba. Y es que no es fácil asimilar que "eres" una construcción memética. Es como en la película Dark City, (o en Matrix para los más holliwoodenses) cuando el protagonista descubre que toda su vida es una ilusión (ojo, no que no sea "real").
Volveré sobre este tema más despacio en otra(s) entrada(s) (ahora sólo quería dejaros unas pinceladas), mientras me acostumbro al nuevo paisaje y el estómago vuelve a su sitio. Porque el problema cuando te has tomado la píldora roja, es que ya no te puedes volver a dormir para soñar con los Reyes Magos.
sábado, 27 de octubre de 2007
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4 comentarios:
En lingüística-literatura-llámese como se desee, existe también una teoría muy inquietante, que cuestiona qué es lo que somos, si es que somos algo. Sé que lo que voy a hacer ahora mismo, de resumir una corriente de pensamiento en una frase, es una salvajada, pero no tengo espacio ni ganas de ponerme a desarrollarla :)
Todo viene a decir que, desde el momento y hora en que el lenguaje es un mecanismo artificial, que nos sirve para nombrar y referirnos a todo lo que nos rodea, nosotros no existimos si no es debido a ese lenguaje, que nos nombra y nos dice que somos hombre, mujer, perro o peatón. Así suena un poco perogrullesco, pero bien explicado, y con tiempo, da tuto.
Ya me pasarás el libro, que pinta bien.
Todo eso está incluido dentro de la teoría de la memética. A fin de cuentas, el lenguaje es un memeplexe (un complejo de memes), que junto al resto de memes que habitan nuestro cerebro, ayuda a reconfigurarlo. Tengo muchas cosas para contar sobre esto, pero ahora mismo ando un poco agobiado de tiempo. A ver si puedo ir desgranándolo poco a poco en varias entradas.
Yo, por unir los dos comentarios, aporto la visión filosófica (ya sabéis lo que me gusta a mi el porno).
Sin conocer en profundidad la teoria memética ni la teoría constructivista del lenguaje, todo esto me recuerda a una de las discusiones filosóficas más interesantes que han existido en la historia de la F con ª. Se trata de la disputa de los "universales", que se dio en la edad media, entre las hordas de los que pensaban que las palabras designasn realidades (caballo) o sólo ideas (la "idea de caballo"). Cómo se construye cada una y qué consecuencias tiene el aceptar una u otra lleva a plantearse desde la formación del lenguaje (quizá lo más obvio) a conceptos como el de la VERDAD, la BONDAD y la BELLEZA (epistemología, ética y estética), e incluso la fundamentación de la forma de gobierno.
Es apasionante además dicha disputa porque todo el mundo usaba el lenguaje (incluso la pluma, como le pasó a algún monje que otro), mostrando una vez más que el ser humano es una animal recursivo.
El que firma los anónimos.
.....¿Alguien sabe cómo quedó el Betis?
Salu2
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