viernes, 28 de septiembre de 2007

Interruptus IV: Sistemas de referencia

Los grandes avances que hemos tenido en la humanidad se han debido muchas veces a un cambio en el sistema de referencia. Me refiero a que hemos trasladado la posición desde la que estábamos observando el mundo que nos rodeaba, y de repente una nueva perspectiva se ha abierto ante nuestros ojos, y cosas que antes permanecían escondidas se han desvelado en toda su grandeza. Ni que decir tiene que esto conlleva grandes cambios, y como tales, miedo e inseguridad, que se suelen traducir en rechazo al nuevo sistema de referencia. Es como si hubiéramos estado contemplando un paisaje desde lejos, y de repente nos acercamos y descubrimos que hay un acantilado a nuestros pies, que nos devela una nueva e imponente vista debajo: habrá muchos que temerán asomarse al acantilado por miedo a caerse, y preferirán la seguridad del pisaje desde la lejanía. Pero con el tiempo cada vez más gente perderá el temor a asomarse al vacío. Y es cuando llegan las revoluciones.

Así ocurrió, por ejemplo, cuando se sustituyó la Tierra como centro del Universo. Dejamos de ser el centro de atención, para comprobar que estabamos en medio de un vasto abismo. Desde esa nueva perspectiva copernicana, se pudieron explicar muchas cosas que la perspectiva ptolemaica no podía solucionar, como por ejemplo el movimiento de los planetes. Por supuesto, eso tuvo también grandes implicaciones en el pensamiento y en nuestra visión de nosotros mismos como individuos y como especie "elegida".

Otro gran ejemplo es la teoría de la evolución de Darwin, cuya aplicación a otros campos que no sean sólo el biológico, nos lleva a otro cambio de perspectiva, de sistema de referencia. Me refiero a la memética. ¿Será esto el inicio de la siguiente revolución? Si el complejo de memes (memeplex) que están dando forma a esta nueva disciplina (que estudia los memes) tiene éxito como replicante, es muy probable que el nuevo sistema de referencia memético cambie nuestra forma de ver el mundo. Al menos el mundo humano.

lunes, 24 de septiembre de 2007

Interruptus III: La cultura dePrisa

"El escritor que triunfa en una época es un hombre que simpatiza con las clases dominantes de esa época, cuyos intereses defiende y cuyos ideales interpreta, identificándose con ellos".



Esta cita la he sacado del libro de Manuel García Viñó "El País: la cultura como negocio". Es el preludio a la tercera y útlima parte del libro.

En una sociedad en la que todo está mercantilizado, ni siquiera la cultura se ha salvado. Recuerdo cuando hace mucho tiempo (siendo aún adolescente) dejé de escuchar radiofórmulas, ya que la música que aparecía en ellas no me llenaba en absoluto. Y descubrí que existía música más allá de esos programas de radio. Música con la que me identificaba plénamente, y otra que no tanto. Pero de una variedad de géneros y con una diversidad, que inicialmente me produjo un shock, pero que después fue transformándose en fascinación. Muchos eran artistas que jamás han aparecido, ni aparecerán, en las listas de éxitos ni serán superventas. Pero era música con la que me identificaba. Totalmente diferente a la mediocridad que había escuchado hasta aquel momento.

Hoy día está pasando lo mismo con los libros. El último reducto cultural que quedaba, arrinconado por la basura televisiva y las radiofórmulas, ha pasado a convertirse en mercadería, en una lucha por conseguir un superventas y aparecer en las listas de éxitos, de los libros más vendidos, de los best seller. Hace ya tiempo que descubrí también que no me identificaba con esa literatura. Con esos libros que, a pesar de estar muy bien encuadernados y tener una excelente presentación, están vacíos por dentro, como los discursos de los políticos. La mayoría de los best sellers son efímeros, como su contenido. Son libros para leer solamente una vez, y olvidarlos para pasar al siguiente en la rápidamente cambiante lista de los más recomendados. Alguna vez me apetece relajarme y leo alguno, normalmente porque me lo prestan o lo bajo de internet. Pero no son libros que me dejen ninguna impronta, es como ir al cine a ver una película de palomitas. Pasas un buen rato, y ya está. Pero cada vez veo menos libros de esos que apetece releer de vez en cuando, tomar notas, extraer citas, que invitan a pensar, y que sobre todo te remueven en tu sillón, en vez de apoltronarte.

El invento de Gutemberg corre el riesgo de perecer víctima de su propio éxito, y convertirse en un mero instrumento transmisor del pensamiento único y de la inactividad mental. No hay que quemar los libros de caballerías, pero hay que tener la opción a intercalar otro tipo de libros de vez en cuando. De los que podrás prestarle a tus hijos cuando se despierte su inquietud por el mundo.

Al menos tenemos un nuevo sustituto a la imprenta, que ya ha suscitado las mismas reacciones que el aparato gutembergiano en su época. Todavía se pueden encontrar alternativas en internet. Todavía hay reductos culturales que siguen creciendo en la red. No sé cuanto durará esto, pero debemos aprovechar y aprender todo lo que podamos antes de que los enemigos de la diversidad y pluralidad de ideas le hinquen el diente a esto. Y se lo coman.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Interruptus II: El rey del pollo frito

Acabo de enterarme de que nuestro "insigne" Ramoncín, campeón y paladín de la $GAE, acaba de conseguir una sentencia condenatoria contra Alasbarricadas.org. Esperemos que sólo se trate de un primer asalto, como apuntan en Microsiervos, Caspa.tv, David Bravo y la propia Alasbarricadas.org. Porque el tema es serio: se condena al propietario de la web por un post que escribió otra persona con unos comentarios acerca de Ramoncín. La sentencia se basa en que los contenidos del post eran ilícitos y no fueron retirados en su momento por el propietario de la web. Pero para determinar que unos contenidos son ilícitos, hace falta que lo dictamine un juez. ¿Cómo se van a retirar entonces unos contenidos si aún no se ha decidido sobre su licitud?

Digo que el tema es serio porque es un granito de arena más a la presión por controlar los contenidos de internet. Según esa sentencia, pueden cerrar un medio de comunicación (en este caso una web) por lo que ha escrito una persona ajena a ese medio. Si esa sentencia se mantiene, nos puede llevar a que los propietarios de cada web tendrán que controlar y censurar a partir de ahora todo lo que se publique en internet (blogs, foros, etc.) para evitar que los denuncien. Aunque bien mirado, también podría ser útil, ya que según el mismo razonamiento deberían denunciar a cualquier cadena de radio, por ejemplo, por los comentarios vertidos en la emisión por oyentes cuando hay posibilidad de intervenir con llamadas telefónicas. Quizá deberíamos de empezar a llamar a algunas emisoras e insultar a alguien (¿Ramoncín?) para que las demanden, ¿no?

Otra muestra más de la falta de independencia judicial.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Interruptus I: Virus mentales

Un pequeño cambio. No es fácil preparar varias tiras cómicas a lo largo de la semana para colgarlas, por lo que voy a introducir una modificación en el blog: intercalaré entradas de texto con las viñetas, o viceversa. Voy a intentar dejar las viñetas para tratar los mismos temas, y en las entradas de texto incluiré otras cosas, comenzando por esta primera sobre virus mentales.

Hace poco retomé mi curiosidad por la memética y todo lo relacionado con los memes, así que, además de encargar un buen libro sobre el tema, estuve buscando información y leyendo por la red. Y me topé, entre otras cosas, con un magnífico artículo de Richard Dawkins (el del Gen Egoista) que da título a esta entrada: "Viruses of the mind". Es un trabajo antiguo, de 1991, pero me sorprendió su actualidad. La tesis principal es que, al igual que ocurre con los genes y los organismos vivos, nuestro cerebro actúa como una máquina para la transmisión de memes, de forma similar a como lo hacen los ordenadores, los libros y cualquier otro dispositivo que pueda almacenar y transmitir información. Pero al igual que ocurre con los ordenadores, no toda la información que se transmite y/o almacena es útil para el receptáculo (nuestro cerebro). A veces incluso puede ser dañina. Como los virus informáticos.

A lo largo del trabajo hace varias comparaciones y pone ejemplos de todo esto, y explica cómo estos virus mentales pueden estudiarse perfectamente en términos epidemiológicos. Pero lo que me resultó más divertido es que desarrolla cómo un hipotético texto médico describiría la sintomatología de una persona infectada por virus mentales:

1. El paciente se ve impulsado por una profunda, íntima convicción de que algo es cierto, o correcto, o virtuoso: una convicción que no responde a la evidencia o al razonamiento, pero que él encuentra totalmente convincente e indiscutible. Los doctores nos referimos a dicha creencia como "fe".

[...]

2. Los pacientes consideran una virtud positiva de la fe que sea fuerte e inquebrantable, a pesar de que no esté basada en ninguna evidencia. De hecho, pueden sentir que cuanto menos evidencia existe, más virtuosa es la creencia.

[...]

3. Un sintoma relacionado, que puede presentar un afectado por la fe, es la convicción de que el "misterio", por sí mismo, es algo bueno. No es una virtud resolver misterios. Debemos disfrutarlos, incluso regocijarnos con su insolubilidad.

[...]

4. El afectado puede comportarse de forma intolerante hacia vectores de fe rivales, en casos extremos incluso matándolos o invocando sus muertes. Puede ser igualmente violento en su disposición hacia apóstatas [...] o herejes [...]. También puede sentir hostilidad hacia otras formas de pensamiento que no sean potencialmente amigables con su fe, como el método de razonamiento científico que puede actuar como un fragmento de software anti-viral.

[...]

5. El paciente puede notar que sus convicciones particulares, aunque no tienen nada que ver con la evidencia, parecen tener una gran tendencia a la epidemiología. ¿Por qué, podría preguntarse, tengo este grupo de convicciones en vez de aquél otro? ¿Es porque observé todas las fes del mundo y elegí aquella que parecía más convincente? Casi seguro que no. Si tienes fe, es estadísticamente abrumador que será la misma que la de tus padres y abuelos. [...] Epidemiología, no evidencia.

6. Si el paciente es una de las raras excepciones que sigue una religión distinta a la de sus padres, la explicación aún puede ser epidemiológica. Es posible que desapasionadamente estudiara todas las fes del mundo y eligiera la más convincente. Pero estadísticamente es más probable que haya sido expuesto a un agente infectivo particularmente potente - un
John Wesley, Jim Jones o San Pablo. Aquí hablamos de transmisión horizontal, como en el sarampión. [...]

7. La sensaciones internas del paciente pueden ser espantosamente reminiscentes a aquellas asociadas más ordinariamente con el sexo. Esta es una fuerza extremadamente potente en el cerebro, y no es sorprendente que algunos virus hayan evolucionado para explotarla. Las famosas visiones orgásmicas de
Santa Teresa de Jesús son demasiado notorias como para tener que citarlas otra vez. [...]

Y ahora, os dejo para que examinéis los cerebros de los alrededores, a ver si encontráis alguno sano...