domingo, 30 de septiembre de 2007

Rompememes 16

Tira cómica nº 16

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey, ya estaba echando de menos la siguiente tira cómica.
Salu2

Rompememes dijo...

Lo siento, pero como ya dije en otra entrada, no es fácil elaborar las tiras cómicas.

Anónimo dijo...

yo voto para que incluyan tus tiras en el programa de educación para la ciudadanía y demás agentes económicos y/o institucionales. Y voto que sea un programa de educación transversal (porque está de moda y mi cerebro es más bien femenino) y laico (porque me da la gana de creer en lo que me de la gana). Lo que ya no sé muy bien es si votar que se metan -tus tiras- en la clase de dibujo o en la de lengua y literatura o en la de historia o en la de geometría o en la de gestión de la calidad o en la de buenas prácticas empresariales o en la de como hacer política responsable o.

Rompememes dijo...

Vaya, gracias. Supongo que eso es señal de que estoy consiguiendo parte de mi objetivo: ser didáctico

Anónimo dijo...

mejor que quites el enlace a esa fiera literaria. poco didáctica.

Abdul Alhazred dijo...

Pues a mí La Fiera Literaria me parece de lo más didáctico que me he encontrado literariamente hablando. Filtrando con la óptica adecuada, se descubren muchísimas cosas en sus textos. De verdad.

Rompememes dijo...

Por eso está el enlace, querido autor del Necronomicón. A pesar de que a mí también se me escapan muchas cosas (no todos hemos estudiado filología) ;)

Anónimo dijo...

te mando un cuentito, a ver si te gusta.



La Ratita Presumida


Erase una vez una ratita muy mona y muy hacendosa ella que siempre llevaba colgando de su delicada muñequita una nevera de playa roja con lunares blancos que parecía un neceser, por lo que todo el mundo le llamaba la Ratita Presumida. Cuando yendo de paseo la Ratita, se encontraba con algún ratoncito de buen ver o con cualquier otro animalito, y entablaban conversación, ninguno se resistía a preguntarle:

- Ratita, Ratita... ¿y por qué llevas siempre colgando de tu linda muñequita esa bolsita tan mona?
- Por si acaso –respondía la Ratita. Y se quedaba tan ancha. Y claro, todos comprendían que una ratita tan mona tuviera que ir bien prparada por si se presentaba la ocasión de tener que retocarse el maquillaje.

Un día la Ratita se encontró en uno de sus paseos con un bicho muy raro que no había visto en su vida. Tan raro era en verdad el bicho, que llevando ya un buen rato de conversación aún no le había preguntado nada sobre la bolsita. La Ratita se impacientó.
- Oye, me pareces un bicho muy raro. ¿Por qué no me preguntas nada sobre la bolsa? ¿No te has dado cuenta de lo mona que es y de lo bien que me queda colgando de mi linda muñequita?
- Y para qué te lo voy a preguntar. Todo el mundo sabe que es un neceser que llevas siempre por si acaso.
- Pues estás muy equivocado. No es un neceser, es una nevera. Mira.

La Ratita abrío la bolsa, que estaba llena de frutitas silvestres y el bicho raro le pidió permiso para hacerle una foto. A la bolsa.
- ¡Pues no faltaría más!
Después de sacar la foto se despidieron amablemente y se fueron los dos tan contentos. El bicho raro pensando en enviar la foto al BULLSHITER, y la Ratita, en el batiburrillo que llevaba debajo de las frutitas. FIN.

Preguntas de reflexión:

1. ¿Por qué, si la Ratita no había visto en su vida al bicho raro, el bicho sabía lo del neceser?
2. ¿Cuál era la actividad principal del bicho raro y cuál la de la Ratita?
3. ¿Por qué el autor o la autora elige mayúsculas para la Ratita y minúsculas para el bicho raro?
4. ¿Por qué la Ratita no le pregunta a ninguno qué es lo que hará por la noche?
5. ¿Qué tipo de batiburrillo llevaría el bicho raro en el bolsillo?