viernes, 17 de octubre de 2008

Interruptus XXXII: Mamonarquía

Acabo de terminar el último libro de Amadeo Martínez Inglés: Juan Carlos I, el último Borbón. La verdad es que no había tenido ocasión de leer nada de este hombre, y he quedado gratamente sorprendido. No es habitual encontrarse con un militar que es capaz de escribir y pensar por cuenta propia (tampoco es habitual en el caso de escritores "profesionales"), y menos que sean historiadores y hayan vivido de primera mano algunos de los hechos más importantes de nuestra historia reciente. Este libro ha venido a complementar y ampliar los datos que ya tenía de otras publicaciones sobre la Corona (El negocio de la libertad, Un rey golpe a golpe, Soberanos e intervenidos), sobre todo en lo referente al intento de golpe de Estado del 23F. Son muy reveladoras las aportaciones de alguien perteneciente al estamento militar, y desvela información que normalmente no llega a la sociedad civil (y a veces tampoco a la política). Me pareció especialmente interesante la sección en la que el autor narra de primera mano los sucesos acaecidos durante la primera noche electoral tras la muerte de Franco. La verdad es que uno puede llegar a ponerse en su lugar y sentir ese malestar en el estómago que puede producir la impotencia de acción ante los hechos que se avecinaban.

La mayor parte del libro está dedicada a la muerte del hermano del rey (Alfonso de Borbón) y al papel de la Corona en la asonada del 23F. En este último caso, el libro ha terminado de confirmar lo que se ha publicado en otras obras como las anteriormente citadas: el importante papel que desempeñó el Borbón en los hechos desarrollados durante el bochornoso espectáculo de febrero de 1981. Pero que nadie se engañe, hasta la fecha el insidioso meme que se nos ha vendido es que nuestro rey por la gracia de Franco, había salvado el proceso "democrático", cuando la realidad es bien distinta: su implicación como partícipe, conocedor e instigador de la llamada "solución Armada" es hoy día un hecho evidente.

También dedica el coronel Martínez Inglés algunos capítulos para hablar de los "affaires" del Bourbon, que aunque parezca increible, han llegado a ser temas de Estado y nos han costado a los españoles en algunos casos la friolera de más de 500 millones de las antiguas pesetas con cargo a los fondos reservados (por los chantajes de la famosa vedette B.R.). O el repaso que se da a la financiación de los gastos reales y las maravillas que han hecho los gestores de los ingresos de la Corona para hacer que ésta acumule en 30 años un patrimonio de más de 300.000 millones de pesetas con una asignación presupuestaria anual media de 1.000 millones. Tampoco quedán atrás los últimos escándalos, como las cacerías furtivas e ilegales de alto rango a las que se dedica. Y también hay un capítulo dedicado a la boda del heredero con la periolista y el silencio que se ha hecho sobre su pasado.

Lo único que tengo que reprocharle al autor es que no se ha decidido a llamarle a las cosas por su nombre, y aunque deja claro que nuestro sistema político no es una democracia, no ha optado por emplear el término que lo define: partitocracia, oligarquía de partidos o sistema de partidos. Tampoco estoy muy convencido con las soluciones que propone en el último capítulo sobre la futura III República española, en el que opta por la solución federal (en la línea de IU), sin hablar para nada de la democracia formal, de la separación de poderes y la representatividad (ya que se decide a "mojarse", como él mismo dice, podría haberlo hecho un poco más, pues creo que ha frecuentado el blog de la República Constitucional en sus inicios) . Pero desde luego, sí me gustaría que este hombre pudiera hacerse cargo de la creación de un verdadero ejército profesional y de organizar el "Misterio" de Defensa de nuestro país.

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