A continuación, reproduzco un artículo publicado en el Diario de la República Constitucional (edición del 09-05-08). Es mi pequeño homenaje a todos esos investigadores, ya sean más o menos precarios, que pelean día a día contra todos los impedimentos que encuentran en su camino, sobre todo los de naturaleza no científica.
EXPLORADORES
David Livingstone, más conocido como Dr. Livingstone, dedicó la mayor parte de su vida a la exploración e investigación geográfica. Sus trabajos se centraron en África, donde falleció en 1873 a la edad de 60 años. Hoy día su nombre ha pasado a la historia rodeado de un aura mítica.
Charles Darwin, el famoso naturalista inglés, desarrolló la teoría de la evolución a partir de sus largos viajes alrededor del mundo. Su contribución a nivel científico es indiscutible hoy día. Falleció en 1882, a los 73 años de edad.
Marie Curie fue pionera en el campo de la investigación de la radiactividad. De origen polaco, se trasladó con 24 años a París, donde realizaría sus estudios e investigaciones. Aunque no viajó a tierras exóticas, sus trabajos le costaron la vida: murió de leucemia en 1934, a los 66 años
Dian Fossey estuvo observando y estudiando a los gorilas en su entorno natural en Rwanda durante años. Tras su violenta muerte en 1985, con 53 años, se crearon fundaciones en su nombre para salvaguardar a los primates objeto de sus trabajos.
Jacques-Yves Cousteau ha estado presente en nuestras vidas durante muchos años a través de la televisión. Sus viajes y documentales sobre el mundo submarino son ampliamente conocidos, y estos últimos se encuentran entre los mejores a nivel de divulgación científica. Cousteau falleció en 1997 a los 87 años.
Pablo Barbadillo Maestre fue encontrado muerto en la selva de Perú el pasado 28 de abril. Tenía 23 años. Realizaba una investigación sobre caimanes en la selva amazónica, pagado con una beca de la Universidad Autónoma de Madrid cuya cuantía apenas superaba la mitad del salario mínimo interprofesional. Por supuesto, sin cobertura social. Para que alguien esté dispuesto a realizar una actividad de ese tipo, o está realmente desesperado por conseguir ese (exiguo) salario, o tiene una verdadera vocación por la investigación. Nunca podremos saber las aportaciones que este joven hubiera podido hacer al mundo científico. Y de cara al público, incluso se le niega la categoría de investigador o trabajador. Para los medios se trataba de un “estudiante”. Como dijo Einstein, la ciencia es algo maravilloso si uno no tiene que ganarse la vida con ella.
viernes, 9 de mayo de 2008
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3 comentarios:
Hombre, teniendo en cuenta que tan solo contaba con 23 añitos, el pobre seguro que aun le esperaba toda una vida dedicada a la investigación. Sigue siendo y seguirá siendo vergonzoso que en este país Raul el del Real Madrid cobre más que lo que se dedica a I+d+I anualmente (esto está comprobado).
Salu2
Aun contando solo con 23 añitos a todos los que le conocimos nos deja su eterna sonrisa, un gran tesoro, independientemente de lo que pudiera haber aportado al mundo de la ciencia y de lo que cobre Raul, para mi esa sonrisa no tiene precio.un millon de besos Pablo
En muchas profesiones, se requiere vocación, acompañada de gran dosis de altruismo. Pienso que Pablo puso mucho de ambas. La sociedad que tenemos no se merece, a veces, esta calidad de personas porque no se les hace la justicia ni se les otorga el reconocimiento merecido.
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